123- SELECCIÓN ESPAÑOLA EN EL MUNDIAL DE 1995
123- SELECCIÓN ESPAÑOLA EN EL MUNDIAL DE 1995
En
el Campeonato del Mundo del año 1995 que se celebró en Colombia los integrantes
de la selección española llevaban un bonito maillot de inspiración clásica, que
podría recordar al que portaba Ocaña cuando consiguió el bronce, pero con el
fondo en blanco. El recorrido consistía en quince vueltas a un circuito de unos
diecisiete kilómetros, con una subida de entidad, el Alto del Cogollo, siendo
por todo ello considerada una dura edición. De noventa y ocho participantes,
acabaron la prueba sólo veinte, a lo que contribuyó también la lluvia y la
altitud superior a los 2500 metros sobre el nivel del mar. Hasta la anteúltima
vuelta, el Chava se había encargado de controlar los ataques hasta que Induráin
lo prueba, fundamentalmente para ver cómo va el resto. Allí saltan todos los
favoritos de las principales selecciones y poco después es Abraham Olano quien
demarra. Sigue Induráin en cabeza del grupo y eso frena a los rivales, mientras
el guipuzcoano va abriendo un hueco que llega al medio minuto. El grupo
perseguidor, de unos quince integrantes y encabezado por el navarro, va dejando
hacer a Olano, que se mantiene con su ventaja tras la última subida al Cogollo.
Sin embargo, el punto de emoción lo pone un inoportuno pinchazo a dos
kilómetros y medio de la meta. El ciclista de Anoeta decide seguir sin cambiar
la bici y consigue el triunfo entrando en llanta en meta. Tras él llega en
segundo lugar Miguel Induráin, que se impone en el sprint a Marco Pantani,
bronce. Cuarenta y ocho horas antes, en el mundial contrarreloj, el orden de
los dos primeros había sido el inverso, Induráin era el campeón y Olano el
segundo. Tras la victoria del guipuzcoano, los dos españoles se abrazan,
felices por el triunfo logrado. La táctica ha sido perfecta y Olano se lo ha merecido, sin duda,
aunque no debe obviarse que la presencia atrás del que en ese momento es sin
duda el mejor corredor del mundo ha sido, evidentemente, un lastre para los
perseguidores y facilita las cosas al escapado. Se dice que esa generosidad de
Induráin no sentó muy bien en su equipo y que ahí empezaron a romperse
los lazos entre el campeón navarro y la dirección técnica del Banesto.
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